Quizás nos queda lejos cuando teníamos tiempo para disfrutar del tiempo. Igual aún eramos niños cuando vivíamos el tiempo como un regalo. Hoy el tiempo ha sido nuestro principal bien hipotecado por la cultura del no tener tiempo, que desplaza lo importante para sustituirlo por lo urgente. Vivimos bajo un cronómetro estresante, que no deja lugar a la oportunidad del tiempo para la reflexión, del tiempo de disfrutar de una caricia, del tiempo de meditar en mis propias luces y sombras, y, mucho menos, en la necesidades de mi vecino más próximo. Kronos sigue siendo un personaje despiadado que invade, más y más, nuestras esencias. Necesitamos recuperar el espacio propio de Kairós, DEL TIEMPO OPORTUNO, o del regalo del tiempo.
En suma, Kairós es la experiencia del momento oportuno, de la risa oportuna que trae el bien, como la lluvia oportuna trae el verde de nuestros campos, del momento oportuno para saborear la vida, del momento oportuno de ser solidario, comprensivo, irrumpiendo en el bienestar de los otros, prisioneros de la miserias del mundo que nos ha tocado vivir, y convertirlo en el tiempo en el que ocurren los sucesos significativos para las personas. Para todos nosotros: EL TIEMPO DE DIOS.
Quico Rivero
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